viernes, enero 17, 2014

Juan Gelman y los boludos


Recordando a Juan Gelman, se me ocurrió pensarlo como un tipo divertido, tal vez por el retrato de Rep que viraliza Facebook, donde está representado muy feliz, junto a un libro. También pensando en la vez que fue invitado al 6̊ Congreso de la Lengua realizado en Panamá. Él a pedido de los organizadores debía seleccionar una palabra -que representara, de alguna manera- el español hablado en Argentina. Eligió la palabra “boludo”, si señoras y señores... por supuesto, los amantes de la pulcritud de mentes, palabras y demás elementos de la vida moderna; pegaron el grito en el cielo, ante tan desafortunada elección. Una crítica decía que era una palabra porteña no extendida al territorio argentino, otras que era demasiado “boluda” por decirlo así; como para representarnos, las discusiones no tardaron y se convirtieron en blogs, espacios de reflexión, charlas encarnizadas desde las academias hasta bares y cafés, ante semejante ofensa y atropello. Un poco para poner paños fríos en el asunto, el poeta Fabian Casas dijo que Juan había tomado el asunto un poco en broma, entendiendo la lengua como algo vital, algo que se escapa a los consagrados espacios de las ampulosas representaciones lingüísticas, la lengua es algo que está en los bares, en los cafés, en las canchas, de seguro no en un estructurado Congreso. Me gusto recordar este episodio. Como la mejor forma de pensar un poeta revolucionario y popular, a través de la dialogo desenfadado, en un bar, sentados uno frente otro, preguntándonos que seria de nosotros sin la palabra boludo, casi toda un grupo de sujetos y experiencias inclasificables (recordando que boludo es verbo además de sustantivo, boludear, boludeando,) ...él hubiera preferido que nos tomáramos un café y no un Congreso de la Lengua Juan Gelman. Hoy y siempre en la Memoria simplemente Juan.

La muerte de una llama


La llama es un animal sagrado en la cultura andina, provee carne, lana,cuero, transporte. Hoy nos encontramos con la triste noticia de la muerte de una llama encontrada en Flores en un baldío, Buenos Aires. No solo es un crimen contra natura porque mataron al animalito para dejarlo tirado. Es un crimen cultural, la llama fue parte central de la vida diaria de las comunidades andinas, aun hoy es la imagen central de los mitos y de la ciencia de las civilizaciones de Tiwanaku y del Tawantinsuyu y de la región virtual contemporánea compartida por Bolivia, Perú y el Norte de Chile y Norte de Argentina. La llama es un ser cósmico que recorre la Vía Láctea proveyendo de información a sabios y pastores de hoy. Ella es también un ser terrestre que acompaña y provee a los seres humanos de su lana, carne, huevos, bosta, huesos y se constituye en un medio de transporte de larga distancia. Sin embargo, la conclusión más importante es volver a pensar al mundo como un todo, del cual somos partes y estamos dotados de la inteligencia para mantener el equilibrio en la naturaleza de la cual formamos parte.

Enrique en el recuerdo

  La ausencia de los imprescindibles es un trago difícil de digerir. A Enrique lo conocí en 2012 gracias a Café Cultura Nación, el progr...